Intervención Teatral en el Hospital Borda
Dirección en la Intervención Teatral en el Hospital Borda de Edgardo Chini en tareas realizadas con el servicio ‘35’, con la coordinación profesional de la Licenciada Viviana Pronko y equipo terapéutico, en paralelo con accionar del servicio del grupo La Colifata.
Grupo Actoral integrado por: Claudia Villalba, Marcos Barboza, Eugenia Galán y otros.
Año 1990.
Acción en las terrazas del hospital abordando las temáticas de la entrevista de aceptación para ser recibida en el hospital (escena de cruce entre profesional y paciente que pretende ser internado). Escena basada en textos del libro ‘El Principito’ para avanzar sobre las fantasías del niño. Y representación del encierro hospitalario de ‘puertas abiertas’, con tratamiento que incluye la ingesta de medicinas.
“Alguno de nosotros ya veníamos teniendo intercambios previos con los internos. Pero sabíamos que la coordinación recaía sobre el equipo profesional de salud. Desde la perspectiva artística, estábamos investigando ‘El Teatro y su doble’ de Antonin Artaud. Por lo que nos entrenamos con lineamientos de Grotowski y desde lo académico nos parábamos en la visión de Michel Foucoult, que en Argentina se discutió mucho tiempo después que en Europa. La dictadura también había generado retraso en el debate de las ideas. Pero ahí andábamos con ‘Vigilar y Castigar’ bajo el brazo. Lo cierto es que esa tarde habíamos compartido desde la media mañana la actividad terapéutica con los internos. Luego almorzamos todos juntos con la idea de mezclarnos, hasta perder noción de quienes eran los internos y quienes los visitantes. Todo el hospital sabía que cerca del atardecer, iba a haber un ‘performance’ en la terraza de uno de los edificios. Y llegada la hora todos aquellos que tenían mayor libertad de movimientos se congregaron allí. No sé realmente cuantos asistieron, pero antes de iniciar nuestra acción nos parecieron cientos.
Con el grupo nos encerramos en un pequeño altillo donde teníamos unos pocos elementos para hacer la presentación. Pero cuando para repasar el acto, note que algo negativo estaba sucediendo. Era como que todo ese intercambio profundo con los internos nos había mimetizado con ellos y no podíamos salir de ese shock. De golpe visualicé una bolsa llena de piedras que seguramente eran restos de algún arreglo edilicio. Así que sin dudarlo le pedí a cada uno que tomara varias de esos trozos de cemento y saliéramos al espacio escénico a los piedrazos. Y así lo hicimos. Los profesionales realmente se preocuparon. Pensaron que habíamos enloquecido. Y que quizás también necesitábamos tratamiento psicológico o psiquiátrico. Pero esa fue la forma que encontramos para romper esa inacción. Esa mimetización. A partir de allí cada uno asumió su personaje y todo funcionó de maravillas. La respuesta fue grandiosa. Para todos extremadamente movilizante y a efectos de la tarea psicoanalítica aportó muchísimo material”